miércoles, 3 de noviembre de 2010

Verte.

Verte y estallar en voluptuosidades. Verte y confundirnos como estalactitas y estalagmitas al borde de la extinción, deshaciéndose en sudores de agua dulce. Verte y compartir el mismo punto en el espacio. Verte y sumergir mis manos en el océano de tus cabellos y que un Neptuno irritado me haga naufragar en el centro para ser para siempre guardia de la entrada a los pensamientos más bellos que jamás existieron. Verte y ver solo blanco, blanco brillante, blanco enceguecedor y luchar entre la luz y hacerme paso entre la claridad para encontrarte y apagar, quizás, el interruptor por un instante para verte un poco más sin lastimar mis ojos. Verte y desnudarnos antes de tocarnos. Verte. Verte y desdibujar las huellas de mis pasos para ya no volver. Verte y olvidarnos de estas palabras. Verte para siempre y ya no ser.

2 comentarios: