miércoles, 24 de febrero de 2010

Ripped.

Siempre quise hacer un curso de primeros auxilios. Siempre temí que alguien se muriera estando conmigo, por ser yo incapaz de hacer nada para ayudar. Imaginaba una y otra vez a un ser querido, alguien cuya importancia llevaría a mi culpa a ser insoportable, alguien cuya muerte provocaría a su vez mi muerte. La veía desmayada, su cabeza apoyada sobre mis rodillas, con la herida abierta en el pecho. Manaba sangre. Teñía su ropa, que se pegaba a su débil cuerpo. Y yo allí, desesperada. Quitándole la ropa, observando con una cercanía monstruosa la abertura fatal. Allí, tratando de parar el sangrado con torpeza, acelerando su muerte en el proceso. Viendo con horror cómo su sufrimiento acrecentaba a medida que yo seguía insistiendo. Pensando..., pensando en que debí saber. Debí saber que necesitaría de mi ayuda. Debí saber ayudar. Jamás se me había ocurrido..., que podía ser yo la que estaría allí tendida, con el corazón desgarrado, viendo a quien amo matarme más rápido.

sábado, 20 de febrero de 2010

Terapias alternativas.

Yace el lienzo desafiante ante mí.
Mi cuerpo contráyendose en contradicciones.
Reteniendo; a veces por su bien, claro.
Otras, por... incompetencia. De ahí la burla del blanco eterno, salpicado de promesas r-o-t-a-s.
La lucha interna es, sin duda, la más debilitante. Como un adicto en abstinencia combatiendo los más fervorosos impulsos. Como hace un ciego tanteando desesperado en su nueva oscuridad, así son mis... ¿mis qué? Los "comos", sombras de lo indescriptible.
Del agujero al hoyo al pozo al hueco al foso a la depresión al vacío inconmensurable, rehuyéndole a la endeble [aparente] escalera a la depresión al foso al hueco al pozo al hoyo al agujero al...