Palabra a palabra se fue llenando ese espacio,
cada letra colándose entre mis huesos,
estremeciéndome como si me las susurraras al oído,
cada grafema conjugándose en deliciosos recuerdos,
apretándose suavemente en mis secretos recovecos
que solo tú sabrías encontrar, ah, pues, no me extraña entonces que llegaran.
Sí, llegaron y me ocuparon; me tomaron..., ¿me hicieron suya?
Entonces se acabó. Ya no entraba más y era necesario actuar.
Aquí las desparramo, sin gracia; aquí las escupo quitándoles su brillo ámbar,
así, sin ornamentos ni ceremonias.
Aquí las
l
l
o
r
o
y arranco de mí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario