jueves, 1 de abril de 2010

Fin de mes.

Parte 1

Sometida a las virtudes o a la indecible estupidez. Una de dos.
La lucha interna se exterioriza en estremecimientos cada vez mayores, a veces en violentos arrebatos y temblores involuntarios que la dominan más que la conciencia. Nadie dijo que era fácil. Mucho menos en los seres naturalmente sensuales. Ojalá fuera masoquista, al menos lo disfrutaría.
Represión. Represión. Represión. Qué cruel dicotomía. Lucha de titanes.
Ah, pero..., histeria in crescendo. No hay nada que hacer. Ya estaba perdida; imparable.
La razón presentaba excusas múltiples, el mundo exterior obstáculos.
Pero era ya muy tarde.
[]
Dominada, casi poseída. Intoxicada en las sensaciones que se le presentaban más rápido de lo que su cuerpo podía procesar. Lapsus extático. Buscando, siempre, aquello que la condujo allí. Aquel encantamiento que pondría fin a su locura. Pues esta es su muleta y la necesitaba para caminar. Pero nunca llegó, a pesar de sus incrédulas insistencias.
Y al final la enfrentación: aquella vorágine tempestuosa se vino a dar de lleno contra esa pared desafiante, inamovible, inexorable, cubierta de espinas venenosas que se encarnaron en su cuerpo sin piedad. Y ella permaneció allí, vapuleada, estupefacta; completamente sola.

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