jueves, 1 de abril de 2010
Fin de mes: Parte 2.
Fin de mes. Fin de otras cosas también. Fin casi de mi fe en la humanidad. (Oh, so tragic, sin dejar de ser cierto.) Pero afortunadamente solo me estaba adelantando. Había que buscarla en los lugares apropiados y saber verla. Pues ella es discreta y escurridiza. Humilde y desvencijada. Raída. Pero allí estaba, y me sumergí en ella no sin, al principio, cierto temor, cierta reticencia, ocasionada, claro, por los eventos anteriores que motivaron la primera parte del texto. Pero habiendo visto en sus amables ojos aquella bienvenida invitación, decidí entregarme a ella sin escepticismo; no me decepcionó. Mucho hay de mí en esta exitosa empresa: quien no conserva siquiera una pizca de fe en su interior, sería incapaz de apreciarla aunque la tuviera frente a sus ojos. Y fue allí, bajo la mirada piadosa de la virtud, que recogí los fragmentos destruidos de mi cuerpo, y me volví a construir, satisfecha.
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