domingo, 10 de octubre de 2010

Soliloquio.

Hola. Soy yo otra vez. ¿Te acordás de mí, no? Hace rato que quiero hablar contigo; tengo tantas cosas para contarte. Es solo que, a veces no quiero molestarte, ¿sabés? Te ves tan, no sé, te ves mejor, te ves distraída, por momentos hasta te ves bien, y te miro y me das pena. No quería arruinarlo. He visto cómo me mirás. Apenas me ves, tus párpados parecen tornarse más pesados, y, bueno, puedo entender que los quieras alejar de mí. Pero creo que ya es hora. Ya es hora de que te fijes en mí. Al menos por un rato. Al menos dejame contarte cómo estoy. Y es que estoy... tan... sola. Y llevo todo esto sobre mis hombros y no tengo con quien compartirlo. Y eso está bien. O bueno, es como debe ser. Soy como una vasija de cerámica que se ha roto y vuelto a unir. Estoy entera, me veo entera, y sin embargo, tan llena de grietas. Las noto todo el tiempo. Como se me escapa el aire por ellas. Y me ahogo. Y me entra la taquicardia, ¿entendés? Y no es justo. ¿Por qué la injusticia? ¿Por qué existe ese concepto que no existe sino en concepto? ¿Por qué? ¿Fui yo? Decime si fui yo. Me lo gritaron a la cara. Me miraron a los ojos y me lo dijeron. Si te miran a los ojos es porque es cierto, ¿no? Fui yo. ¿Y luego qué? ¿Cómo me atrevo a sonreír? ¿Cómo a despertarme? Si hubiera un Dios ya me habría castigado, ergo Dios no existe. El castigo es propio. El castigo ES mi sonrisa. ¿Y la suya dónde está? No era yo quien debía dársela. Sabe Dios que lo intenté. Bueno, lo sé yo, en todo caso. Mis sueños la encuentran muerta. Y le gritan en sus últimos minutos que la respuesta es sí, que aún sí. Mas yo no sé contestarla en vigilia. En la vida. En la sonrisa, que es mi tormento, que es mi castigo, que es una tortura. No sé contestarla. Y qué más da. Me encuentro sola y esa respuesta no lo cambiará. Lo estuve siempre. Ahora lo sé.

¿Y tú cómo estás?

3 comentarios:

  1. Nunca hice terapia; nunca me animé, porque imagino que me recostaría en el diván y diría más o menos algo así... Y pobre tipo/a, no sabría por dónde empezar...

    ;-)

    ResponderBorrar
  2. @Manu: ...pero mientras, tú sonríe por mí.

    @andal: Yo lo hago, pero bueno, no me siento culpable porque le pago. ;)

    ResponderBorrar