lunes, 5 de diciembre de 2011

Extirparlos como a un cáncer.

desgarrando mi interior
como si yaciera lánguida en boca de depredador
y cómo este, todo natural y primitivo;
los cálculos de la razón no entran en la ecuación,
no participan de esta danza salvaje de destrucción
ja, y me salen rimas de la desesperación,
¿acaso haya algo más desconsolador?
y la ira que no es ira
que es miedo, miedo cobarde y patético,
pero no temor de perder lo que nunca tuve,
la pérdida de la falsa posesión ni siquiera el peor desconsuelo
la pérdida frente a la otra fiera,
el otro animal que acechaba la presa,
la pérdida frente al más fuerte,
al más ágil,
al más inteligente,
pero tampoco es esto,
la pérdida ante la mejor jugada,
....
 la pérdida ante nadie más que yo,
que jamás seré suficiente
el aceptar que soy deficiente
como cazadora y cazada


(Y esto se me antoja leerlo con un leve tonito de Calle 13, ¿por qué no?)

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