lamento, querida,
si tus palabras,
no derrumban muros,
como cuando tu llegada,
arrasó con la ciudad entera,
pero duelen mucho,
viniendo de ti,
que reinas en ella;
así es que no te apenes,
si otras llegan
y logran abatirlos,
pues estas solo están,
para paliar tu arribada;
pues es por ti
y no por ellas
por quien arderán los escombros,
pues es por ti
y no por ellas
por quien sucumbirán a ruinas:
y así hasta que las cenizas estanquen
y me alce magnífica
y me alce triunfadora,
y me alce merecedora.
"arderán los escombros"
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