lunes, 12 de septiembre de 2011

Te brillaré; un día, te brillaré.

Nunca;
esferas tan brillantes.
Jamás;
aquel resplandor.
Los suyos,
nunca juzgaban
pero dolía mirarlos
como al sol,
...ver en ellos reflejada,
mi diminuta figura en llamas,
insignificante,
enmarcada en fina avellana.
Añoraba aquel día
que aquel divino portaretratos
encerrara en su reducido centro
mi imagen, sí,
pero digna, de una vez,
y,
finalmente,
inmutable.

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