jueves, 24 de septiembre de 2015

Imperceptible

te agarraste la cabeza
y la angustia te pintó la cara que hace segundos estaba ausente
tus pies frenaron de golpe
aguantando todo el peso de tu torso que jamás se detuvo
y a los ojos de los demás jamás te detuviste
instantes después diste un paso corto y luego otro
hacia adelante
pero tu rostro no recuperó sus facciones relajadas
avanzaste con la angustia que ahora se expandía por el resto de tu cuerpo
y no me miraste cuando pasé por tu lado
quizás si me hubieses prestado un segundo de tu atención
te habría guiñado un ojo
o, si estaba en un momento inspirado, te habría dado una señal más clara pero
más sutil, un mensaje subliminal,
diciéndote:
"estás equivocada,
no estás sola".

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