Tuve que mirar mil veces
tuve que abrir y cerrar los ojos
y frotármelos
y convencerme a mí misma
que no me estaba engañando
que aquella silueta perfilada contra la ventana abierta
que aquella brisa que bailaba con tu ropa holgada
dejando entrever pedacitos de piel clandestina
no bailaban con alucinaciones mías
tuve que mirar mil veces
y aunque mirara otras mil más
mi reacción sería siempre la misma
la puta madre
aquella figura que contemplé enajenada
esa forma que negué apenas con la cabeza
aquella imagen de sublime belleza
era real
eras vos
y existías fuera de mi mente.
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