El otro día abracé a una chica
de cintura tan fina
y por un momento creí que eras vos
pensé que no podía ser
porque no era tu mano la que me rodeaba
eso lo supe desde el principio
cuando me abrazás
tu mano se mueve de una forma en especial
un tanto torpe
un tanto medida
como si retuvieras todo el sentir en la muñeca
o en la falange de los dedos
y no llegara a las yemas
pero, la puta madre, cómo me gustaba,
y, sin embargo,
aquella cintura de la que hablo ahora
me tomó por sorpresa
si ya sé que no habrá más
no más rodearte y sentirte ligera en mis brazos
no más ojos que me espían de soslayo
no más temblores de vientre recibiendo mis besos
solo queda registrarlos
grabarlos a la fuerza
y el ocasional destello de quien te asemeja
pero no iguala.
es increíble como el recuerdo se compone de pequeños gestos, de fragmentos minúsculos de la realidad, de sensaciones tan ínfimas que repercuten en nuestro interior.
ResponderBorrarme gustó mucho este poema.
muy muy lindo.
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