Ya no escribo poemas de amor
no queda nadie para leerlos
no queda nadie para escribirlos
nadie quien golpee las teclas
ni nadie quien reciba los golpes
ya no quedas tú ni tu reflejo en la tinta negra
ya no está tu silueta en las sombras
dibujando letras
bailando
al ritmo de los golpes en las teclas
ya no quedan teclas
tampoco
de tantos golpes
ni siluetas en las sombras
ya no quedan ni sombras
ni nada
la luz las consumió
cuando la luz se consumió
y me dejó sola
sin sombras
sin letras
sin vos.
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