Esa noche
en que te alejaste
rauda
y desapareciste
entre esas insignificantes multitudes
entre muchos que pasaron
quizás
por tu lado
y ni te miraron.
Esa noche en que
distaba
apenas un metro
entre vos
y yo
en que estirar nuestros brazos
ambos
hubiese bastado
quizás
para tocarnos.
Esa noche
en que miraste hacia atrás
y me otorgaste
el regalo más lindo
tus ojos
ambos
en los míos
esa noche en que te volteaste
con tu media sonrisa indescifrable
esa noche decidí
que ya bastaba
ya no más.
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